martes, 3 de noviembre de 2015

Cocinando Amor...

     Me gusta la cocina, la tradicional, la nouvelle cousine, la innovadora, la de "andar por casa"...toda la gastronomía en sí misma...incluso soy capaz de relacionar todos los momentos y situaciones con algún plato...

     Hay momentos de estos burdos y absurdos, esos que se van haciendo pesados y duraderos en el tiempo, esos que...sin ser malos, son rutinarios y cansan, pesan...pues bién esos para mí son un guiso de estos grasientos, de los que van seguidos de almax.

      Las reuniones familiares, esas en las que aunque  a veces  falte alguien, se siguen haciendo y no modifican el resultado...esas las relaciono con un salteado de verduras...le pones las que quieres o las que estén a mano...y el resultado es el mismo...un buen plato, fácil de comer y que sienta fenomenal.

      Y las reuniones amistosas?...esas van relacionada con una gran barbacoa, con algún que otro chorizo picante y hasta alguna costilla que es puro hueso...duro de roer...

      El cariño también se puede cocinar, ese va siempre fundido dentro de una gran tartaleta, ese correspondería a la yema del huevo frito...suave y melosa, resgruardado por la clara, protegido...

     El Amor es un gran pollo asado, relleno de pasas, orejones, piñones...y mucha guarnición...necesita elaboración y tiempo...aún siendo los ingredientes tan básicos...hace falta ponerle toda la dedicación posible, controlar los tiempos para que no se te pase, bañarlo constantemente para que no se seque...y acompañarlo de todo lo que a los comensales les guste, no debemos olvidar e intentar que el horno esté con su temperatura adecuada para que el resultado sea óptimo.

    Un buén momento de pasión y sensibilidad, la revolución de los sentidos...es identificable con un solomillo ibérico a la pimienta...primero tienes que sellar el solomillo al máximo...es como si el fuego sellase a besos cada centímetro de piel de la pieza para concentrar sus jugos ,y así, quede tierno y suave al paladar...la pimienta, se encarga de darle ese toque especial, como si le diese mordisquitos...suaves, pero intensos...el hecho de acabar rociándolo con una copita de jerez, le da ese toque final de climax gastronómico que deja tantos sabores y sensaciones en las papilas gustativas y el pensamiento......

       También se pueden cocinar los recuerdos, los recientes...y los no tanto...para los primeros, cosas ligeras, de fácil transporte con sabores agridulces y especiados.....para los de antes...vasitos de colores llenos de gominolas y algodón dulce...ainssssss...

        Se puede hacer de una manzanilla una bebida milagrosa...y de un anís con hielo un elixir exquisito para compartir en cualquier rincón idem...

         Y cocinar chocolate en tarta, con galletas, en fondue...chocolate!!!!! ese manjar único...para cualquier momento, dulce o amargo...siempre buena compañía...

         Cocinar momentos....esa es la cuestión, cocinar tiempo para consumirlo en horas de Amor. Conservar miradas en almíbar de instantes.Congelar caricias para utilizarlas Siempre...Cultivar secuencias de vida para aderezar minutos de reloj...en fin...cocinar Amor!!!!!!!!!!!!



P.D. A veces, un yogourt y dormir en un abrazo infinito...puede llegar a ser mi menú preferido.