Soy una persona tremendamente despistada, no lo puedo evitar, apunto las cosas en un papel para que no se me olviden...pero normalmente suelo perder el papel, y si la apunto en la agenda...no se nunca donde he guardado la susodicha.
Me encuentro entre las que alguna vez he guardado la cartera en el congelador junto con las compras, para luego volverme loca buscándola. Tengo una virtud prodigiosa para olvidar los nombres justo en el primer instante en que me lo dicen, y sobre todo suelo olvidarme las cosas en los lugares y en las situaciones mas insospechadas.
Mi objeto preferido para perder y olvidar son las gafas... he perdido la cuenta del numero, modelo y sitios en los que han quedado o perecido, desde salir volando cuando estaban colgadas en mi camiseta al subirme en la moto, sentarme encima , o ponerme el casco cuando las tenía en la cabeza , pero por poner un ejemplo lapidario , recuerdo una vez en una reunión de amigos a la hora de irnos hice quitar cojines de asientos buscar en bolsos ajenos... y cuando alguien me preguntó pero a ver Carmen ¿cómo son? describí a la perfección las que llevaba en la cabeza a modo de diadema sujetándome el pelo...!que horror!
Cuando tengo un objeto o un papel importante, me digo "lo guardaré en sitio seguro, para que no se pierda"... pero acabo olvidando cual era el sitio seguro.
Paraguas también he olvidado unos cuantos, pero eso es normal, sales con lluvia, deja de llover y si no lo necesitas...lo dejas olvidado sabes Dios donde.
También fue curioso el despiste cuando al principio de quedarme a dormir solita en casa , dije que me daba "no se qué", y alguien me sugirió de dejar la llave metida en la cerradura...y yo obediente de mí la dejé metida.......pero por fuera jajajajajaja....!ay! tenía disculpa mi cabeza estaba saturada....¿o no? jajajjajjaja.
El colmo fue (o al menos es con la que mas verguenza he pasado), fue cuando me dejé las braguitas olvidadas en la consulta del ginecólogo. A mí estas cosas me ponen muy nerviosa, y cuando me pongo nerviosa , descontrolo y pierdo concentración (necesito un cigarrito), y claro, me dice el señor , puede bajarse, que ya hemos terminado....obediente de mi , me bajo y me dice que todo está en orden y que me puedo marchar...gracias, encantada y tal.....y salgo de la consulta, pero claro, entonces reparé en que me encontraba "muy suelta", !ostras las bragas!!!! con toda la verguenza del mundo, volví a llamar a la consulta y mirándome el señor ginecólogo me pregunta ¿sí?.... y dije sí, que me he olvidado algo, él mira la mesa...busca algo...y hace un gesto negativo, y digo "no....allí (señalando la camilla), es que me he dejado las braguitas"... soltó una carcajada, aunque intentó recomponer la situación diciéndome" pase, pase y pongaselas, no se preocupe", tras la mampara me las puse y salí todo lo deprisa que pude, el me dijo un hasta luego con una sonrisa de oreja a oreja.
Y podría seguir, y seguir....pero por hoy hasta aquí hemos llegado.
P.D. Te echo de menos cariño, más de lo que te digo , y mucho más de lo que tú te crees... hoy es siempre todavía y mañana y pasado y el otro....también...
jueves, 9 de julio de 2009
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16 comentarios:
jajajaja Carmen, me lo he leído de un tirón y riéndome, y eso es raro en mi jajaja gracias. Yo no soy muy despistada pero el que tengo al lado, llámese marido, porque a veces no se acuerda ni de eso... que ve una abuela que quiere cruzar la calle, allí se va el, olvidandose de su mujer recién parida y con la niña al brazo que lo necesita para subir al coche. Cuando subimos al coche, comienza el baile de la búsqueda de "yo que sé", abrir guanteras, vaciar bolsillos, girarse para un lado y otro ¿pero que buscas? las llaves, si están puestas... en fin, que sé de lo que me hablas. Carmen ¿las bragas? jajaja por Dior bendito.
Me ha encantado, como siempre, ¿sas?
Besos guapa!!!
Carmen, podrás ser olvidadiza pero imposible de olvidar toda vez que se te conoce. A colación de tu historia de despistes, el otro día tuve una cita con una mujer. Era muy similar a ti, tan similar que podrías ser tú misma si aún creyera en los milagros. Bueno pues, quedamos en torno a las dos de la tarde, con toda la fresquita. Pasé junto al quiosco de las flores en Colón y decidí, en un espasmódico reflejo de romanticismo, presentarme con una preciosa rosa roja. Aparqué de aquella forma y la compré, sin envolver, la quise natural, sin ningún tipo de ornamento, fresca, como la mujer que me esperaba. Al final tuve que esperarla yo aunque he de declarar a su favor que llegué con media hora de antelación. Por esa causa no me llevé la flor sino que la posé en el asiento derecho de mi coche. Era una cita a ciegas, nunca nos habiamos visto, solo en fotos aunque habíamos hablado por el mesenger todos los días. Tenía especial interés en conocer a esa mujer que, a la postre, se ha convertido en la actual fuente de agitación de mi pobre corazón. Formalizamos nuestra presentación, nos fumamos un pitillo y llegamos al estacionamiento. Allí le hice entrega de la rosa, la verdad sea dicha, algo ruborizado por semejante acto de simbolismo trasnochado. Me da igual, así soy yo. Creo que le gustó, al menos eso me hizo creer ella por medio de nuestro primer beso. Tuvo que ser ella quien me lo diera, en eso me ganó. Es una cabezota. Pasamos la tarde juntos, nos fuimos a mi casa a tomar un café y una copita de ron miel, y tras unos intensos aleteos alrededor del paraíso y una pequeña siesta a las tantas de la tarde, decidimos retornar a nuestro punto de encuentro. Y dirás, ¿qué carajo tiene que ver esta historia con mis despistes?. Pues mucho, querida, mucho. Aquella rosa roja inmarcesible, como la de Borges, que le regalé a mi preciosa ninfa, me la encontré olvidada, casi huerfana de ternura en mi casa, adentro de un jarro para guardar los macarrones y en agua. Podría poner en cuestión la importancia de aquella flor para ella, pero prefiero regocijarme en los deleitosos motivos que aquella tarde la hicieron olvidar aquel fugaz jirón de eternidad. Ella sabe que ni rosas rojas ni tardes como aquélla le faltarán jamás durante el resto de sus días.
Ay, jajaja, Carmen, lo de las gafas es un clásico, sobre todo tenerlas puestas e irlas a buscar (yo alguna vez me he lavado la cara y me he dado cuenta al abrir los ojos y ver las gotas en los cristales).
También hay despistes un poco más peligrosos como los de dejarte un caldero o la cafetera al fuego, y de esos también he tenido algunos.
El de los nombres para mi no es despiste sino que todos no tenemos la misma capacidad para retenerlos, yo también los olvido con frecuencia, y lo malo es cuando estás un rato escuchando a alguien (o haciendo que le escuchas) mientras te preguntas ¿de qué le conozco?.
En el deporte los despistes suelen dar lugar a situaciones graciosas, como porteros o delanteros que fallan estrepitosamente, etc. Aunque para mi uno espectacular fue el Fórmula 1 que arrancó de boxes con la manguera del combustible aún enchufada, jaja ¡la que se organizó!
Pero bueno, más cotidianamente, los despistes que más tengo, y que más rabia me dan son esas faltas de memoria de lo inmediato, como cuando te estás arreglando para salir y piensas "voy a llevar tal cosa", y luego sales sin acordarte de nada. Para darte cuenta a mitad de camino y tener que volver a por ello. Para esto hay un dicho que a mi me viene al pelo "el que no tiene cabeza, tiene pies", y es cierto, mira que he tenido que retrocecer muchas veces a por cosas que en el momento de salir no recordé.
Bueno Carmen, muchos saludos, y muchas gracias por estas historias tan simpáticas.
!ay , Jope! l@s q somos despistados no lo podemos evitar...yo he intentado infinidad de trucos, pintarme en la mano... para lavármelas sin apuntar lo anteriormente anotado, la guitita en el dedo para no recordar q hace allí esa mierda de guita...jajajajaja, no se puede evitar, así q dile a tu maridín de mi parte !!chiokala...ya somos dos!!!
Bruno, preciosa historia, me meto en la piel de la protagonista ¿vale?, bién, igual la chica iba tan llena de todo lo q le diste...q olvidó (por un instante, sólo por un instanta)el capullo rojo en la jarra, igual se acordó de él por el camino...pero ya no íbais a volver hacia atrás ¿no?, es una suposición...tb podría haberte dicho q se la guardaras metida en un libro...es otra suposición. En fin, querido, la vida está llena de suposiciones y realidades. Ah! y esa chica no tiene poqué ser cabezota, igual te prometió algo y eres tú el q no te acuerdas ( a que vas a ser de los míos, jeje).Bruno, cariño, conociéndote, creo que esa chica sabe que no le vas a faltar NUNCA.
Besos y mas besos:)))))
Javiiiiiiiiiiii...no es malo ser despistado, es cuestión de asumirlo y avisarlo, a veces, los q no te conocen , pueden malinterpretar los olvidos...pero ya me conoces, soy así y no voy a cambiar a estas alturas.... ya es imposible.
Besos, y gracias a tí, siempre!!!!
JAJAJAJAJAJAJAJA Carmen, me siento muy identificada con esta entrada! yo soy de tirar a la basura comida, meter el aceite con los productos de limpiezas, irme de dos zapatos diferentes en cada pie... pero lo de tus bragas supera todo lo imaginable!!!!!!!!!
Ainsssss, gomi, ni te imaginas el corte... y con lo vergonzosa q soy.Y sí, por todo lo q tu dices tb he pasado...hasta irme en zapatillas a la parada del autobús jajaajja...claro q volví a casa (menos mal q pilla cerca y eran las 7 de la mañana..osea q no me vió casi nadie, o eso quiero creer).
Graciosa historia hermana,pero lo de los despiste creo que eso es de familia y a medida que crecemos aun se acentuan mas jajajaj
Pues vaya ánimos, hermanita!!!!
Yo que creí que se me pasaría con el tiempo....jajajajajjajjja.
Besos:))))))
¿la postdata era a su ginecologo?
Que estes bien y ten un lindo fin de semana :).
Por tiempo no pude comentar mis anecdotas...per lo hare.
Un beso ;)
Pues qué quieres que te diga Carmen, que con las gafas que has perdido tú y las que he perdido yo seguro que habría para montar una óptica.
Lo del mi móvil es juzgado de guardia, yo creo que tiene patas y se mueve solo. No hago más que hacer llamadas perdidas con el fijo y suena donde menos te lo esperas.
Hace unos meses vez estuve a punto de denunciar el robo de mi coche, ya estaba a punto de marcar el número de la policía cuando recordé dónde lo había aparcado.
Y así, tantas y tantas cosas, espero que no sea por la edad, aunque creo que es una esperanza vana.
Un montón de besos... estos no los pierdas por ahí, guárdalos bien :)
Claro Rocío, ¿para quién si no un comentario tan intimista?, no hay nadie más íntimo q un ginecólogo:)
Gracias, guapa, y espero tus anécdotas!!!!
Juer, Angle, pues anda que tú también....jajajaajaja, veo q el club es numerosísimo. Ah! y tus besos me los guardos bién, bién :))))))))))), esos no se me pierden.
hola. pues yo soy tan despistada que ya he salido con dos zapatos distintos, menos mal que se parecian. Espero que los demas no se dieran cuanta.mientras trabajo pongo zuecos y me di cuenta vuelta a casa!!!!por una parte me rio pero por otro creo q deben pensar q soy corta o algo asi con tanto despiste. a veces incluso sufro un poco porque no me considero tonta perp en el trabajo hay que ser seria y algun despiste tuve bastante simpatico, pero claro!estas trabajando. en la vida privada me importa menos
hello
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